viernes, 23 de junio de 2017

Suspendido

En el cuaderno, S y E, vamos del Sur a la maldita Suave patria toda y hay un momento al cual me asomo hace rato sin atreverme bien a bien. Suspendido, puse a la viñeta, pues así está en mi imaginación ése que dura seis años. 
Leí bastántico sobre ellos y ni con mucho lo suficiente para saber algo.
Cubren de 1934 a 1940 y no los voy a nombrar porque, como con cualquier otra cosa, morirían, remitidos a lugares comunes que acumularon libros y rumores.
El mensaje a trasmitirles se los di en unas líneas, casi al principio, y hablo ahora y siempre, recordemos, para ustedes y nuestra Corte. Cuanto venga más, bienvenido, ¿cierto, Agustín, que representas al resto?
-Pues no sé, compadre.
-¿Y eso?
-No te hagas maje.
-Qué bonito hablamos, seguro dónde sea en estas tierras y en particular entre nosotros.
-¿Hay un nosotros, neta? Ya me dejaste pensando. 
-Yo digo.
-Muy decidor tú.
-¿Ves?
-¿Qué?
-Esa frase es onda don Alfredo.
-¿Y luego?
-Me estás haciendo manita de puerco, no te hagas, para que siga escupiendo lo que nomás calculo. 
-Usted échele.
-Deja pongo un mapa. 
Ya estufas. ¿Vicenteas dónde nació el Almirante, como también le llamamos? Hasta arriba a la izquierda, casi pegando con el mar, solo casi.  
Distinta historia en hartas materias, la de allí, comparada con la de los valles en que ustedes y yo crecimos, Agus y nietos.
-Tu abuelo y los demás han de estar entendiendo pura madre, compa.
Oh, que la chingada.
-Te lo digo en buen plan. 
Yo qué culpa si nacieron casa la verga.
-No sea irrespetuoso.
¡Ay!, ya estás como el Belarmo, a puro zape me traen.
-Entons aplíquese. 
Va un anexo, por si quieren profundizar en parte del tema:
Anexo: V. El cardenismo: ascenso social y coyuntura. Armando Bartra
Eso es para la época en mientes, jeje -conviértome en Siglo de Oro a veces-. Por ahora me refiero a los años 1970, cuando nos conocimos, carnal, y a don Alfredo y muchos y muchas más, miles.
Para entonces los campesinos y campesinas llevan treinta años transladándose a las ciudades, de una región a otra. Descubren y se descubren entre sí, ¿no, compadre?
-Así es.
Asamblea de países, resulta esto, pues país significa varias cosas, entre ellas nación, y ya vimos que tiempo atrás había muchas de esas en el México lindo y querido -por ahí pongan ese "rancherazo" musical- y siguen existiendo, no importa cuánto la Revolución conectará regiones. 
-Carnal, del choro estamos hasta el gorro: lo repites y repites.
¿Neta?
-Que el diablo te la someta.
Oh.
-Dale de nuevo, perdón, jeje.
No, ahí paro.
-No seas delicado.
No, es que tan, tan la cuestión. Mejor léanse otro anexo: FAT. El corrido de los tercos
Vuelta pa trás, pues. Chale, ¿cómo lo cuento?
-¿Qué?
Eso que no nombro. Miren, escribí lo siguiente:
En este trabajo debo seguir puntillosamente las palabras de Manuel Gamio: “Lo más importante es elegir en el mundo de lo historiable lo que nos conviene para determinado fin, e historiarlo sensatamente”[i].
-¿Y luego?
No me presiones, Agus, no me presiones, jeje. Díganle, E y S.
-Al tema, al tema.
Voy a ponerselos así: mi abuelo y familia llegan a fines de 1939 a Veracruz puerto. ¿Por qué?
-Los corrieron a madrazos de sus lugares.
Y les abrió las puertas el Tata, según lo conocen. Se rifa gachísimo solidariamente don Lázaro y aprovecha para algo más, diferentísimo a cuanto dicen esos culeros que iban en mi escuela del exilio: trae a miles de cuadros bien curtidos durante la lucha contra el fascismo y tras un sueño. 
Vieran el diario que escribían durante la travesía colectiva. Les dan conferencias sobre México y su proyecto. Lo hacen quienes se comprometen por un cambio profundo y dícenles: Ayúdennos a construirlo. ¿Sábelo el Tata? 
-¿Nos preguntas a nosotros?
A la historia.
-No mames.
Chale, déjame volar. Debemos responder Sí y no. Usease, don Lázaro los deja hacer. ¡Y ahí está el secreto!
-¿De qué?
Del régimen: dejar hacer a su ala izquierda, formada por organizaciones campesinas y obreras, intelectuales radicalizados... No controla; ni quiere ni puede. 
Más anexos: Tras la izquierda cardenista, ¿qué busco?
Con todo, esos años cargan a sus espaldas y refuerzan una práctica resumida como sigue: "El sistema tiene un efecto educativo; las masas aprenden que para resolver sus problemas, el mejor de todos los caminos es recurrir al intermediario o procurador oficial...(ii)". Hablamos de la posrevolución, que crea así un aparato coorporativo, duro o progresista, según el caso. 
-De eso sí sabemos harto, jeje? Bueno, nomás del duro.
Volvamos al Sur. En 1929 inicia la distribución en ejidos, con cerca de trece mil hectáreas. 
   

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[i] Epígrafe empleado por Amando Bartra en Zapatismo con vista al Mar,

 



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