miércoles, 1 de junio de 2022

Suave patria

...el acercamiento a la historia de estas tierras cuya transformación en México no parecía todavía completada cuando yo crecía, durante los añós 1950? Cierto, había quien le llamaban así dos siglos atrás y en 1624 quizás puede encontrarse esa intención entre otros. 

Si el nombre quedó fijado con la guerra de Independencia, que 1821 vio culminar malamente, "nuestra" posrevolución tenía aún por reto desarrollar bien a bien su Estado y una identidad aunada a él.
Suave patria se titulaba la poesía que ganó entonces el certamen convocado para ello. El autor pasaba los días en un parque por donde los ejércitos revolucionarios atrevesaron de largo y conocía casi nada de los lugares recreados allí. Un émulo suyo ocasional, digamos, pues trabajaba sobre todo en prensa y radio, también como publicista, en 1940 desnudaría el empeño nacionalista con versos luego obligados en las escuelas:
"México, creo en ti,/ como en el vértice de un juramento (...) México, creo en ti,/ Sin que te represente en una forma/ Porque te llevo dentro, sin que sepa/ Lo que tú eres en mí; pero presiento/ Que mucho te pareces a mi alma/ Que sé que existe pero no la veo (...) México, creo en ti, porque si no creyera..."

Puedo seguir documentando este tesonero empeño hasta 1959, al menos, fecha en la cual publicaron el primer "libro de texto gratuito", que se volvería ley rehecho cada tanto para muy diversas materias.

-¿Por qué hablas de los popolucas? -preguntó desesperado un amigo al leer trescientas cuartillas que gracias a él se publicarían. Y pudo seguirse con ocho etnias "veracruzanas" en que me detenía siguiendo a viajeros contemporáneos a la intervención estadounidense, cuyo cumplido objetivo fue llevarse dos millones de kilómetros cuadrados, herencia novohispana al país en ciernes.

Ilustraba con ellos la desesperación de los liberales mexicanos al comentar el hecho apenas terminó: no había un entramado social, político, económico, cultural, que sustentara a una nación. 

Ni mencionaba allí al estado de Guerrero, que escojo ahora como punto de mira un poco por accidente, pues en los últimos años me encargaron tres sencillos libros y otro no tanto sobre historias sucedidas en esos lugares.

Influyeron también los viajes con que comencé a conocer la intimidad de tal y cual región guerrense. Desde ese momento no hubo para mí nada comparable. Podía encontrar hambre y miseria extrema y jamás derrota. No por nada su gente tiene fama de ser la más bronca en el país.