Discursos van y vienen a mi alrededor, pretendiendo crear un pasado que acomode a la izquierda: civilista, instructivo, impoluto hasta el Ya no mames, porque cultivan la Suave patria, horror de horrores.
Ahora busco a la "izquierda cardenista" y doy con unas frases más o menos decentes:
Adolfo
Guilly es quizá quien desde la izquierda estudió mejor el cardenismo, con un
sesgo: encontrar qué daba vida a las corrientes que en 1988 se escindieron del
PRI formando el Frente Nacional Democrático. Lo
sigo en cuanto conviene a mi propósito y Armando Bartra me sirve de guía por su
visión campesinista, que desde 1810 busca al pueblo como gran sujeto histórico.
Si él rescata esos años entre 1934 y 1940, pienso, valida mi hipótesis, al
menos parcialmente y en principio.
En
secreto tal vez sé que pido de más, y no importa. Me daré por satisfecho encontrando
siquiera atisbos, para animar a otros a seguirlos hacia arriba o abajo, pues
nada importa tanto como la pervivencia de la utopía mayor y el posible aire que
recibió entonces para continuar después.